jueves, 22 de diciembre de 2011

Despedidas



En menos de un mes dos personas que conocí, siendo jóvenes, llenos de vitalidad y amor hacia los demás han partido.

Entre ellas tú Claudia, amiga querida…

Cuánta tristeza y dolor hasta en los huesos al verte amiga, tú que eras tan bella, tanto que no te dabas cuenta, que sólo ibas por allí sin pensar si habías amanecido más o menos linda que el día anterior, como a veces nos sucede a otros. Estar contigo en esos últimos momentos fue un regalo para mí, escuchar tu respiración, acariciar tu rostro y tu pelo, tocar tus manos y tus uñas tan primorosamente arregladas.

Tus manos

Fueron el mudo testigo final de lo que eras, cuando reíste y pudimos disfrutar riéndonos también contigo cuando lanzabas algún comentario, con ese sentido del humor tan tuyo amiga, cuando como nadie utilizabas el doble sentido y disfrutábamos de tu compañía.

Pero qué difícil estar contigo sin que me hablaras...

Tu voz

Tu voz amiga, esa que extraño tanto, tanto que me duele recordarla, me duele recordarte y ya quisiera que estuvieras aquí para decirte otra vez que te quise mucho y que fue un privilegio que me nombraras tu amiga.

Trece meses estuviste con nosotros después de la noticia y siento que atesoraré cada uno de los momentos que a través del teléfono me diste, gracias querida por lo que me enseñaste… ¡aprendí tanto!

Dos semanas antes, a los familiares de otra persona que como tú, ya se ha ido en la mitad de la vida, su esposa expresó una frase que me ha concedido replantearme el cómo enfrentar una enfermedad, y que escribo a continuación para no olvidarla nunca:

“El cáncer es una enfermedad que te permite muchas cosas, entre ellas: prepararte”.


Post anteriores dedicados a mi amiga Claudia Rojas Valdovinos:




1 comentario:

Jesiquita dijo...

Eso son los sentimientos que la amistad nos entrega. Que difícil es desprenderse de una persona que ha formado parte nuestras vidas, sólo me resta decir que de seguro Claudia debe estar gozando de la compañía de Jesús, que ella se encargará de ayudarles a mitigar el dolor, que físicamente no estará, pero en la brisa del aire, sentirán su compañía.

Un abrazo fraterno amiga
Te quiero mucho

Jesiquita

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