martes, 1 de febrero de 2011

Una mujer de manos grandes y tibias

Hace más de dos mil años el sabio romano Cicerón escribió: “La vida de los muertos está en la memoria de los vivos”.

Leyendo esta frase pienso que las personas mueren cuando quienes vivimos, dejamos de hablar de ellas, de lo que fueron, de cómo fueron y de cómo influyeron en nuestras vidas.

Hace poco escuchaba a uno de mis hijos hablar con su primo sobre las naranjas confitadas y de lo deliciosas que son. Sus palabras me remontaron a algún momento de mi infancia en que estando en casa de mi abuelo Lucio, su señora nos daba trozos de esa fruta endurecidos con azúcar, y les hablé de mi tía Marta.

Muchas veces probé alguna delicia de sus manos: platos alemanes, tortas que batía a mano, pan de harinilla, mermelada de ruibarbo, alcachofas con una salsa deliciosa que hacía con “chalotas”, como ella llamaba al tallo del ciboullette, y por qué no decirlo: de las papas que le gustaba llevar a la playa en una ollita y que comíamos con mariscos que nosotros mismos cosechábamos… parece mentira contar esto hoy, pero así fue.

No tuve lazos de sangre que me unieran a mi tía Marta, pero pasé casi toda mi vida cerca de ella, disfrutando no solo de lo que cocinaba, sino que también de la gracia que tenía cuando nos llamaba la atención por algo, de que nos seguía el juego de pretendernos dormidos para que mis padres regresaran solos a casa y pudiéramos quedarnos en la suya, de recibir para mi cumpleaños un ramito de flores que ella sacaba de su jardín.

Hace cuatro años mi tía se fue. Tres días antes pasé a verla a su casa para saludarla, estaba acompañada de un grupo de amigos, todos estaban muy contentos y ella en la cabecera de la mesa disfrutaba de ese momento. Al despedirme le dije que no se olvidara que la quería, y ella contestó “yo también te quiero”. Salí por la puerta y escuché cómo ella decía a todos “Ella es mi nieta”.


3 comentarios:

Beatriz A. Sotomayor Fontealba dijo...

Comparto lo que Rosita escribió sobre este post:

Que lindo!!! me emocionó mucho leerlo y recordar también a esas personas que ya no están fisicamente conmigo pero si en mi memoria.
Y sabes? no pude evitar recordar mientras leía tu relato, el exquisito aroma del "café de grano" que cuando era niña me despertaba avisándome que mi abuelita ya se había levantado.
mmm o el pan caliente con mermelada de grocellas que preparaba mi otra abuelita y que yo ansiaba cada vez que pasaba a visitarla jejeje.
Gracias por compartir esto Bea, besitos

ANA CATALINA dijo...

asi es amiga!! es muy nostalgico recordar con mucho cariño a nuestros familiares y seres queridos que se nos adelantaron, sabes hace 1 mes perdi a un tio muuuy querido, su recuerdo aun me duele pero lo recuerdo a el con gran gran cariño al igual que mi abuelita!! saludos amiga y te quiero mucho!!

Jesiquita dijo...

Muy cierto amiga...las personas mueren cuando nosotros dejamos de hacerlos partícipes en nuestras vidas...cuando el recuerdo se va.
También recuerdo cuando iba a pasear donde mi abuelita y con lo que me gusta dormir...me despertaba con el aroma de sus ricas cazuelas que solía cocinar o cuando preparaba unos exquisitos colegiales...así como también mi tío, quien me decía mi fosforito...a pesar de que ambos se fueron ya hace muchos años, siempre los llevo en mi...
Un beso

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