En enero de 1986 conocí la historia del sacerdote polaco Jerzy Popieluszko, y desde ese momento se convirtió en una gran inspiración para mí.
Este sacerdote de salud fragil fue invitado a ser el capellan del Movimiento Solidaridad, patrocinado por los trabajadores polacos y liderado por Lech Walesa, quien con los años se transformaría en Presidente de esa nación. En los inicios, sus integrantes fueron brutalmente reprimidos por el gobierno polaco, pero acompañados y ayudados por el Padre Jerzy. Él sufrió atentados y amenazas durante mucho tiempo, y más aún cuando se convirtió en un peligro para el gobierno tras la instauración de las "Misas por la Patria", las que celebraba el primer domingo de cada mes, y que llegaron a convocar a cientos de miles de personas.
Su valentía y su entrega desinteresada por los trabajadores son dignos de admiración.
El 19 de octubre de 1984 el Padre Jerzy viajó a una ciudad cercana a Varsovia para celebrar una misa. Al regresar su vehículo fue detenido por la policía secreta, fue brutalmente golpeado y llevado en el portamaletas de un vehículo, su acompañante fue conducido junto a los desconocidos, pero aprovechando un momento de descuido saltó y dio la voz de alarma.
El 31 de octubre su cuerpo fue encontrado en un río, amarrado con cables a una piedra. El Padre Jerzy fue brutalmente torturado. Pagó con la vida su entrega y devoción por los trabajadores polacos.
Al convertirse en mártir, el Padre Jerzy es hoy un Ciervo de Cristo cuya causa va camino a la beatificación.
Él es mi mentor, mi héroe, mi inspiración. Quien siempre me ha acompañado, y en mis sueños está el deseo de que el Señor me privilegie con conocerle cuando haya partido.
Este día mi amado Padre Jerzy, te dedico estas palabras porque me has escuchado, porque tras recurrir a ti he podido llegar a trabajar a este lugar.
Estoy feliz.
1 comentario:
No soy muy apegado a la religión, pero siempre es grato saber que hay personas que mantienen sus ideales.
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